Dios crea el mundo como Brahma, lo protege y sustenta como Vishnu, y lo destruye como Shiva.
Un día Shiva se puso a cantar. Vishnu se sintió tan conmovido por la melodía que comenzó a fundirse. Brahma tomó a Vishnu derretido y lo puso en un cuenco. Lo vertió en la tierra y tomó la forma del río Ganges. El Ganges nutrió la tierra.
Bañarse en las aguas del Ganges es bañarse en Dios.
Para los hindúes, todo lo existente es una manifestación de lo divino.